Las intensas lluvias de las últimas semanas han sido muy beneficiosas también para Doñana. El acuífero de este espacio natural ha recuperado medio metro de nivel con un ascenso de 55 centímetros. Hoy hablamos con el vicedirector de la Estación Biológica de Doñana, Javier Bustamante, que nos ha explicado las claves de la llegada de las precipitaciones en todo el espacio natural, asegurando que “tan importante es que llueva como que haya momentos de sequía o periodos secos”.
“Si hablamos del acuífero y pensamos que en principio estas lluvias van a ayudar a recargarlo, hay que tener en cuenta que el acuífero no es algo que se recargue inmediatamente”. Bustamante asegura que el agua que se está utilizando “no es algo que se vaya a revertir con las lluvias de unos meses, aunque sean muy abundantes”.
Buenos hábitats para las aves acuáticas
Como experto, Bustamante ha destacado que en Doñana existen muchos tipos de humedales y cada uno responde de una forma distinta. “Tenemos por ejemplo la marisma que responde inmediatamente a la lluvia, enseguida se inunda y de alguna manera se crean los hábitats adecuados para la cría de aves acuáticas, por ejemplo”. En ese aspecto la lluvia de este invierno va a suponer “la creación de hábitat adecuados para las aves acuáticas que van a poder criar”. Pero, por otro lado, “las lagunas se han inundado”, por lo tanto insiste en que “hay que buscar un equilibrio”.
Diferentes zonas en un espacio natural tan grande como es Doñana, hace que el tratamiento o las necesidades sean diferentes en cada una de ellas. “No se puede negar que las lluvias son muy beneficiosas para Doñana, que sobre todo van a afectar a las crías de las aguas acuáticas, pero realmente en Doñana lo importante es la variabilidad”, explica Bustamante, que ha dejado claro que “tan importante es que llueva como que haya momentos de sequía o periodos secos, porque la marisma funciona así”.
Según el experto, la sequía prolongada en estos últimos años afecta negativamente a un humedal porque requiere agua, “pero los humedales temporales como son las marismas de Doñana, en el fondo lo que requieren es esa temporalidad”, es decir, que existan periodos secos y húmedos, que se alternen, “esto es lo que le da la gran diversidad y riqueza al espacio natural”.
Prejuicios
Sin duda, las intensas lluvias también dejan inconvenientes en Doñana, por ejemplo “las zonas de las marismas que se usan para el pastoreo de ganado se han inundado”, por ello, si el nivel de agua es muy alto, “los animales dejan de tener comida”. Eso obliga a los ganaderos a “extraer el ganado y llevarlo a otros sitios”, lo que conlleva “efecto negativo y unos costes”.
Otro de los prejuicios que ha destacado el experto, Javier Bustamante, es que “el agua también supone un hábitat ideal para la cría de mosquitos”, y con ello aumenta el riesgo “de la transmisión del virus de la fiebre del Nilo también”.
En general la lluvia ha sido bastante generalizada en las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva, es por ello que “la lluvia en general es beneficiosa para todo el territorio que abarca Doñana”. Unas precipitaciones que van a permitir “crear hábitats para la mayor parte de los organismos que dependen del agua en primavera”. De hecho, “podemos augurar que va a ser una buena temporada de cría para las aves acuáticas, sobre todo”, ha concluido el vicedirector de la Estación Biológica de Doñana, Javier Bustamante.