Una colección de cuadros privada dedicada a la Duquesa de Alba, óleo sobre lienzos de hasta 39.000 mil euros o mesas de diseño que alcanzan los 22.000. El arte de lujo en Marbella no tiene límites y la variedad de sus aficionados tampoco: entre los compradores encontramos coleccionistas de alto nivel o figuras tan emblemáticas como el inventor del juguete más vendido de la historia, el cubo de Rubik.
«En Marbella se encuentra ese perfil de comprador que puede permitirse el arte de lujo y que, además, busca algo único y exclusivo», explica a 101TV en una entrevista la galerista rusa Anastasia Marchenkova, creadora de Metamorphose, una galería de alta gama que acoge todo tipo de obras «especiales» y de «gran calidad».
Entre sus clientes más habituales, Marchenkova destaca a los diseñadores, arquitectos y a los coleccionistas de arte que buscan «algo diferente» ya sea para sus hogares o para sus negocios.
De hecho, la galerista cuenta que uno de sus últimos compradores fue el escultor y arquitecto Ernő Rubik, el húngaro que inventó hace más de cincuenta años, en 1974, el juguete más vendido de la historia, el cubo de Rubik.
¿Quién pone precio al arte?
Con un precio que ronda los 39.000 euros, la obra más cara que Marchenkova vende en la actualidad se trata de un cuadro del conocido pintor español Ángel Orcajo, un artista vanguardista que plasma en sus creaciones angustias, dudas y contradicciones del mundo contemporáneo, siendo considerado por los amantes del arte «un héroe de la vanguardia».

Y es que, según cuenta, el precio de una obra normalmente está determinado, entre otros factores, por la trayectoria de su autor.
«Se tiene en cuenta quién es el artista, cómo va creciendo durante su carrera, con quién se formó y estudió, si ha realizado grandes encargos o si ha expuesto sus obras en lugares importantes y prestigiosos», explica, de forma que, cuanto mayor sea el caché del creador de la obra, el precio de esta también será más elevado.
Como ejemplos de ello, muestra una mesa de diseño de 22.000 euros de un prestigioso estudio de Sevilla y una colección privada, dedicada a la Duquesa de Alba, en la que cada cuadro, donde el reconocido pintor malagueño Juan Béjar plasma la extraña belleza de sus personajes, cuesta 6.000 euros.

La mirada sobre el lienzo
Anastasia Marchenkova entiende la vida y el mundo a través del arte y cree que lo que confiere valor a una obra es la capacidad de su creador de transmitir emociones y energías mediante ella. Según la galerista, esto es algo que se manifiesta de forma notable en el arte abstracto, tan subjetivo como la mirada que se pose sobre él decida.
«Es muy difícil diferenciar el arte abstracto bueno del que carece de significado. Por ejemplo, las obras del pintor David Saborido, a pesar de ser abstractas, tienen una historia y una filosofía detrás y en ellas trata de encontrar la luz a través del pigmento», dice mientras señala dos cuadros de este autor.

La clave, según destaca, está en percibir la energía que los artistas intentan transmitir. No se trata tanto de comprender el arte, sino de sentirlo.
«En Marbella hay mucho diseño, pero apenas tenemos arte, y por eso mi idea fue crear un hogar para estas pinturas y esculturas únicas, donde se pudiera sentirlo y vivirlo», apunta Marchenkova.
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